En poco tiempo tendremos la época del año más esperada por todos: Navidad. Y es que cuando llega este momento del año, todos comenzamos a pensar en regalos, reuniones familiares y, por supuesto, buena comida. No vamos a mentirnos, es en dicho mes cuando mejor comemos y cuando decidimos dejar de lado todas las dietas y reglamentos alimentarios que el resto del año seguíamos con rigor militar.
No obstante, quizá esa no sea la mejor idea. Muchos de nosotros hemos experimentado ese arrepentimiento al darnos cuenta el peso que hemos ganado sin proponérnoslo. Y es que con la deliciosa comida también llegan las calorías tan temidas. Sin embargo, existen formas de alimentarse, y de hacer ejercicio, para mantener la forma sin sacrificar las delicias navideñas y aquí te contamos todo al respecto.
Navidad sin arrepentimientos
Antes de nada debemos saber diferenciar los distintos tipos de alimentos para sustituir los que más calorías nos aportan por otros que sean mucho más saludables y nos aporten el mismo sabor. Es importante por ejemplo que no utilicemos mantequillas para cocinar, algo que es muy habitual en estas épocas del año. Es mejor sustituirla por aceite de oliva que nos aportará ácidos grasos esenciales frente a las grasas saturadas de la mayoría de mantequillas.
Lo mismo sucede con las salsas, normalmente en su elaboración solemos utilizar ingredientes con alto valor calórico como natas, quesos… que lo único que hacen es añadir más calorías al cuerpo. Los alimentos por sí solos tienen buen sabor y no es necesario que los aliñamos con mayonesa ni otro tipo de salsa. Al igual que los postres, no es necesario que utilicemos nata para aumentar su dulzor.
A la hora de sentarnos a la mesa tenemos que mentalizarnos que el organismo funciona igual en Navidad que el resto del año, por eso aunque haya mucha comida y diversos platos no tenemos por qué ingerir todos. Simplemente debemos ser selectivos y comer solamente lo que creamos que es más sano y nos va a aportar menos calorías. Una vez que hayamos matado el hambre comer más será perjudicial y acabará por sumar calorías innecesarias.
El alcohol es una de las principales fuentes calóricas de esta época, y es que está presente en todas las celebraciones de la Navidad. Una buena forma de eliminar calorías es reduciendo la ingesta de alcohol. Por ejemplo con una copa de vino en cada comida es suficiente, si tenemos más sed es mejor aplacarla con agua u otro tipo de bebida que no nos aporte calorías.
Después de cada comida es muy bueno finalizar con un té o cualquier infusión de hierbas que nos ayude a hacer la digestión y conseguir que no se haga demasiado pesada para el organismo. Si a esto le sumamos una pequeña caminata después de cada comida lograremos acelerar el metabolismo y conseguir que el cuerpo queme mejor las calorías que añadimos en Navidad.
Mantén tu salud física en navidad
Los efectos del sedentarismo
Uno de los motivos por los cuales es importante que sigas tu rutina de ejercicio es el bienestar de tu figura, pues detener la falta de actividad puede reducir tu masa muscular mientras se incrementa la grasa en tu cuerpo. Los efectos del sedentarismo se notan más en deportistas y en personas que hacen ejercicio con regularidad.
Aprovecha los festivos
Diciembre es un mes ideal para hacer deporte o ir al gimnasio porque, si no tienes vacaciones, al menos cuentas con algunos días festivos y/u horarios especiales. Además, según el lugar donde vivas, puedes aprovechar las actividades deportivas organizadas por tu comunidad o las actividades tradicionales como las peregrinaciones. Sin lugar a dudas, ¡tendrás más tiempo para cuidarte!
Más oportunidades para compartir
Las actividades deportivas ofrecen una gran oportunidad para esos momentos que quieres compartir con tus seres queridos. Planea un partido de fútbol con tu grupo de amigos, invita a tu familia a un paseo en el parque, lleva a los más pequeños de tu casa a una piscina o sal a bailar con tu pareja. ¡Las posibilidades son casi infinitas!
Evitar los efectos negativos de la comida
Si eres del tipo de persona que cuida su figura todo el año, seguramente pensarás que no puedes comer mucho en diciembre a pesar de que la época gira alrededor de la comida. Pero si quieres satisfacer tus antojitos navideños, ¡no te preocupes! Basta con que mantengas tu rutina de ejercicio para que lo que consumes no tenga un efecto notable en tu cuerpo.
Complementa tu actividad física con comida saludable
A pesar de que el exceso, la comida y la época de festividades van de la mano, no se trata de comer todo lo que llegue a tu mesa. Te aconsejamos que, además de conservar tu hábito de hacer ejercicio, consumas alimentos que no generarán mayor aumento en tu peso como frutas para el momento del postre o verduras en los aperitivos.
Pésate dos veces a la semana
Uno de los problemas de la Navidad es que solemos descontrolarnos, pasando por alto nuestros hábitos alimenticios, y renunciamos a saber cuánto peso estamos ganando (hasta después de Reyes, cuando llegan las lamentaciones). Lo mejor para evitarlo es pesarse un par de veces por semana, con el objetivo de asegurarnos de que nuestro peso no se está desmadrando.
Apuesta por las verduras y los platos al horno
Aunque ser el anfitrión de una cena o comida de Navidad es una gran responsabilidad (y una pesada carga que a muchos no nos importaría ceder a otro), tiene una parte positiva, y es que puedes escoger el menú. No todos los banquetes navideños tienen que ser hipercalóricos. De hecho, algunos de los platos españoles más tradicionales de estas fiestas son a base de verduras, como la lombarda o las alcachofas.
De segundo, lo ideal es realizar un plato al horno, perfecto para dar de comer a un grupo grande de gente. Como entrantes, es mejor preparar unos buenos pinchos o canapés y una crema que atiborrar a nuestra familia con embutidos y langostinos gigantes recién descongelados.
Lo importante, en cualquier caso, es deshacerse de la mentalidad poco racional, pero muy española, de que las comidas de Navidad tienen que ser a la fuerza súper abundantes. A veces parece que si no sobra mucho es que no se ha preparado un convite en condiciones. Y esto es precisamente lo que se debe evitar, no sólo para no engordar, sino para cuidar nuestra salud y la de nuestra familia.
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