Ante un diagnóstico de diabetes tipo 1 o 2, las personas pueden preguntarse cómo será su vida a partir de entonces, puesto que se trata de una enfermedad crónica con la que habrá de convivir. Esta afección aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente dicha hormona, lo que lleva a un aumento de los niveles de azúcar en sangre (hiperglucemia).
El desequilibrio del nivel de azúcar puede llevar a serias consecuencias a largo plazo, desde enfermedades cardiovasculares y renales hasta ceguera, lesiones a nivel nervioso y síndrome del pie diabético, entre otras. La clave para vivir una vida sin complicaciones de la diabetes reside en el control de la enfermedad. La persona que ha sido diagnosticada es el componente central del tratamiento de esta afección.
A continuación se brinda una serie de consejos que permiten abarcar los aspectos más importantes de cómo controlar la diabetes.
Adaptar la alimentación
La alimentación es una parte fundamental del control de la diabetes y contribuye a retrasar o evitar la aparición de complicaciones. La alimentación de la persona con diabetes es similar a la de cualquier persona: deben repartirse los alimentos a lo largo del día, es decir, realizar entre 3 a 5 tomas según características personales y pauta de tratamiento (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena), evitando comidas con una alta cantidad de hidratos de carbono o bien que sean de absorción rápida, ya que elevan la glucosa de forma considerable.
El cuidado de la alimentación forma parte de su tratamiento, por lo tanto, no se puede hablar de tipos de alimentos y cantidades sin hablar también de la actividad física que realiza, los medicamentos que toma o si padece o no otras enfermedades como colesterol o hipertensión. En definitiva, es un conjunto de factores que deben considerarse globalmente y que hacen que cada persona con diabetes tenga una dieta única y personalizada, que debe ser confeccionada con el apoyo del equipo sanitario.
Mantener una hidratación adecuada
Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de deshidratación porque un nivel elevado de glucosa en sangre provoca que los riñones intenten eliminarla en forma de orina. Por esta razón, las personas con diabetes suelen tener más sed cuando se produce una hiperglucemia. El agua debe ser la base de la hidratación de una persona con diabetes.
Existen otras bebidas que ayudan a mejorar la hidratación como zumos naturales o sin azúcares añadidos, refrescos “light” o “cero” que contienen edulcorantes en lugar de azúcar y por lo tanto no aumentan la glucemia, bebidas para deportistas o infusiones, pero siempre de forma ocasional.
Practicar ejercicio de forma regular
La práctica de ejercicio físico es uno de los pilares fundamentales del tratamiento de la diabetes y previene las complicaciones asociadas. Sus beneficios se producen a muchos otros niveles: mejora las cifras de tensión arterial, de colesterol y la función cardiovascular. El tipo de ejercicio y la intensidad debe adaptarse a la edad y la condición física de cada persona con diabetes.
Aprender a convivir con la diabetes
Es importante conocer qué es la diabetes, los principales cuidados y realizar los cambios necesarios para el buen control. La persona con diabetes y sus familiares deben recibir educación diabetológica y apoyo emocional. Destacando la importancia del rol del educador en diabetes y la apuesta por la educación de la persona como herramienta indispensable para facilitar el autocuidado, la adherencia al tratamiento y el control metabólico.
Realizar controles de glucosa con frecuencia y de forma estructurada
El análisis de los niveles de glucosa en sangre realizado por la propia persona o un familiar permite conocer las cifras de glucemia en cualquier momento y detectar posibles complicaciones agudas, hipoglucemias (bajadas de glucosa) o hiperglucemias (subidas de glucosa).
Se recomienda realizar entre 5 y 6 controles al día, antes de cada comida y antes de ir a dormir para disponer de información y ajustar la pauta de insulina o del tratamiento en general, si fuera necesario. Si se practica ejercicio, se recomienda realizar un análisis antes del inicio de la actividad, alguna medición extra mientras se practica ejercicio de larga duración, así como una vez acabado.
Actuar rápido ante una hipoglucemia
Es habitual que durante una hipoglucemia se coma de forma descontrolada y con gran voracidad. Ello conlleva una ingesta total de hidratos de carbono superior a los gramos indicados, que suele ser la causa de un rebote o hiperglucemia en las horas posteriores.
Evitar las complicaciones de la diabetes
Es importante mantener las cifras de glucosa en sangre en el nivel óptimo antes y después de las comidas. Igualmente, es necesario controlar la presión arterial y los niveles de colesterol.
Realizar revisiones oftalmológicas
Es fundamental que las personas con diabetes realicen revisiones periódicas especialmente del estado de la retina para prevenir, detectar y tratar con éxito cualquier tipo de complicación. Este tipo de revisiones se convierten en algo esencial sobre todo cuando quieres mantener tu salud de una manera sencilla y efectiva, no las dejes de lado.
Cuidar los pies
Las personas con diabetes pueden presentar alteraciones de la sensibilidad y de la circulación. Es importante realizar una inspección diaria de los pies comprobando la ausencia de lesiones y visitar con regularidad al podólogo. Y es que muchas personas no lo saben, pero de esta sencilla manera puedes prevenir males mayores.
Ser adherente con la medicación
La medicación es una parte del tratamiento que junto a la alimentación y el ejercicio son pilares fundamentales, por eso es preciso pactar y seguir las recomendaciones que junto a profesionales sanitarios se prescriban. La insulina es la base farmacológica en el tratamiento de la diabetes tipo 1, y distintos fármacos orales y/o insulina en la diabetes tipo 2.
Es importante que no dejes de lado la medicación. Una gran cantidad de personas suelen hacerlo cuando ven algunos resultados positivos y no entiendes que el tratamiento es constante y a largo plazo, por eso siempre consulta con tu médico de confianza para tener las mejores recomendaciones sobre este aspecto.
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